Con dos dosis, las vacunas de Pfizer y Moderna logran un 91% de eficacia contra el COVID-19
Lunes 05 de
Julio 2021
Desde el inicio de la pandemia por el coronavirus, se empezaron a desarrollar las vacunas para contrarrestar su impacto.
Se autorizaron para uso de emergencia con el fin principal de reducir las complicaciones y las muertes si las personas eran expuestas a la infección por el coronavirus. Pero fueron surgieron las variantes del virus, un fenómeno natural que ocurre porque los microorganismos van teniendo mutaciones a medida que circulan entre la población humana. Algunas de esas variantes no son de importancia. Pero otras sí tienen interés o despiertan preocupación por la posibilidad de que sean más transmisibles y reduzcan la protección otorgada por las vacunas ya autorizadas. Pese a la detección de las variantes, hoy las diferentes autoridades sanitarias y las sociedades científicas y médicas recalcan la importancia de recibir las dos dosis de las vacunas contra el COVID-19.
Si bien hay una posibilidad mínima de que las personas inmunizadas adquieran igualmente la infección, las vacunas reducen significativamente la probabilidad de que desarrollen cuadros graves que requieran hospitalización y que mueran. Un estudio publicado recientemente en la revista New England Journal of Medicine, que fue realizado en los Estados Unidos, demostró que las vacunas de las empresas Pfizer y BioNTech, y la de Moderna tienen un 91% de efectividad en la prevención de la infección por COVID-19 con dos dosis y un 81% después de una dosis.
Entre los participantes del estudio sobre las vacunas de ARN mensajero, la carga viral media fue un 40% menor en los participantes vacunados parcial o totalmente en comparación con los no vacunados. Además, el riesgo de síntomas febriles fue un 58% menor y la duración de la enfermedad fue más corta, con 2,3 días menos de náuseas en la cama.
En la Argentina, el 25 de junio se conocieron los resultados preliminares de un estudio del Ministerio de Salud de la Nación para evaluar la efectividad de las distintas vacunas aplicadas en Argentina en personas mayores de 60 años. Indicaron que con una dosis de Sputnik V o de AstraZeneca disminuye la mortalidad por COVID-19 entre un 70 y 80 por ciento. En el caso de contar con el esquema completo, el análisis concluye que la disminución de la mortalidad con cualquiera de esas vacunas está por encima del 90 por ciento en este grupo.
“Hoy, ante el avance de las variantes en el mundo, acceder a las dos dosis de cualquiera de las vacunas autorizadas para uso de emergencia es mejor que no estar inmunizados”, señaló a Infobae la presidenta de la Sociedad Argentina de Virología, Lucía Cavallaro, quien es profesora titular de la Cátedra de Virología de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires.
“Cuando se arrancó la vacunación en diciembre pasado -comentó la doctora Cavallaro-, el desafío era llegar con una dosis a la mayor cantidad de dosis para reducir internaciones y mortalidad. Hoy el desafío es llegar con dos dosis para ganarle a la variante Delta y a otras que surjan. Porque con las dos dosis, la persona tiene menos riesgo de enfermarse gravemente frente la circulación de nuevas variantes”.
De acuerdo con la experta, hay dos parámetros de protección. Por un lado, las vacunas reducir el riesgo de contagiarse el coronavirus. Además, reducen el riesgo de sufrir casos graves y críticos y de morir. “En general, las vacunas contra el COVID-19 anduvieron mejor en el tiempo real (cuando cada país implementó un plan de vacunación) que cuando se evaluaron en los ensayos clínicos. Es decir, tienen una eficacia alta. Incluso, en algunos casos demostraron mayor eficacia. Los efectos adversos son leves o moderados. Con la reducción de muertes en las franjas etarias que ya se han vacunado, se verifica que las vacunas tienen muchos beneficios”, sostuvo Cavallaro.
Las personas ya vacunadas pueden igualmente adquirir la infección. No se sabe aún quién estaría en más riego. Por eso, Cavallaro insistió con que tanto las personas vacunadas como las que no se han inmunizado aún, deben adherir a las medidas como el uso adecuado del barbijo, el distanciamiento físico, evitar reuniones en espacios cerrados sin ventilación permanente, lavarse frecuentemente las manos, entre otras.
Cada persona es diferente. La respuesta inmunológica después de ser vacunado y la interacción con el virus puede ser diferente. Por lo cual, “no se conoce cuál de las personas ya vacunadas podría igualmente adquirir el virus”, expresó la doctora. “La vacunación es una estrategia poblacional. No es individual. Cada persona puede tener menor respuesta por diferentes razones, como la comorbilidad previa”, puntualizó.
Otro mensaje que dio a la población es que, después de las dos dosis, el máximo de respuesta inmune protectora se desarrolla a los 15 días posteriorese de haberse puesto la segunda dosis. “La población debería tener en cuenta que necesita las dos dosis y los 15 días posteriores, y no relajarse en los cuidados”, advirtió. La eficacia respecto a la mortalidad con dos dosis frente a la nueva variante Delta, ha quedado demostrada, con valores muy elevados de 99,95% en adultos mayores de 50 años.
Si se vacuna y se contagia el virus, ¿la persona vacunada puede a su vez contagiar? “Sí, pero depende de muchos factores. Por ejemplo, la persona se puede contagiar al día siguiente de la vacunación. Depende también de la interacción con las otras personas y de la cantidad de tiempo que se expuso al virus”, respondió la doctora.
También hay casos de personas vacunadas con dos dosis que desarrollan cuadros graves. “Son menos del 1% de los vacunados”, aclaró Cavallaro. “Por factores de comorbilidad, por la variante de preocupación o por la cantidad de virus en la que entró en contacto, una persona vacunada puede contagiarse y a su vez contagiar. La probabilidad es baja, pero existe. Por lo cual, hoy los vacunados deben seguir adhiriendo a los cuidados de prevención como el uso del barbijo”, precisó.
En cuanto a recibir una o dos dosis, la protección de las vacunas es diferente. Si se trata de formas leves, tras la primera dosis la protección oscila entre el 50-60% con AstraZeneca, hasta el 70-75% con Pfizer/BioNTech. Estos niveles se alcanzan durante al menos dos semanas después de la primera inyección.
Frente a la variante Alfa la vacuna ofrece un buen nivel de protección frente a enfermedades e infecciones graves, mientras que frente a la variante Delta la protección de las vacunas de Pfizer y Moderna desciende del 90-95% al 85-90%, lo que significa que el 10-15% de los que están completamente vacunados pueden infectarse. Para AstraZeneca, la protección baja de un nivel de 70-75%, cae a 65-70%. La efectividad de la vacuna Sputnik V contra la variante Delta del nuevo coronavirus es 2,6 veces menor que contra otras mutaciones según el subdirector del Instituto Gamaleya, Denis Logunov.
En orden ascendente en una escala del 1 al 100 se puede observar que, con la variante Delta, los que no están vacunados tienen protección cero, los que han tomado una dosis están protegidos en un 20-30%, los que se curan en un 60-70%, quien ha recibido dos dosis de la vacuna el 70-80% y quien ha tenido la enfermedad y luego la vacuna tiene probablemente un 90% de protección, la mejor respuesta inmune.
Si bien hay una posibilidad mínima de que las personas inmunizadas adquieran igualmente la infección, las vacunas reducen significativamente la probabilidad de que desarrollen cuadros graves que requieran hospitalización y que mueran. Un estudio publicado recientemente en la revista New England Journal of Medicine, que fue realizado en los Estados Unidos, demostró que las vacunas de las empresas Pfizer y BioNTech, y la de Moderna tienen un 91% de efectividad en la prevención de la infección por COVID-19 con dos dosis y un 81% después de una dosis.
Entre los participantes del estudio sobre las vacunas de ARN mensajero, la carga viral media fue un 40% menor en los participantes vacunados parcial o totalmente en comparación con los no vacunados. Además, el riesgo de síntomas febriles fue un 58% menor y la duración de la enfermedad fue más corta, con 2,3 días menos de náuseas en la cama.
En la Argentina, el 25 de junio se conocieron los resultados preliminares de un estudio del Ministerio de Salud de la Nación para evaluar la efectividad de las distintas vacunas aplicadas en Argentina en personas mayores de 60 años. Indicaron que con una dosis de Sputnik V o de AstraZeneca disminuye la mortalidad por COVID-19 entre un 70 y 80 por ciento. En el caso de contar con el esquema completo, el análisis concluye que la disminución de la mortalidad con cualquiera de esas vacunas está por encima del 90 por ciento en este grupo.
“Hoy, ante el avance de las variantes en el mundo, acceder a las dos dosis de cualquiera de las vacunas autorizadas para uso de emergencia es mejor que no estar inmunizados”, señaló a Infobae la presidenta de la Sociedad Argentina de Virología, Lucía Cavallaro, quien es profesora titular de la Cátedra de Virología de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires.
“Cuando se arrancó la vacunación en diciembre pasado -comentó la doctora Cavallaro-, el desafío era llegar con una dosis a la mayor cantidad de dosis para reducir internaciones y mortalidad. Hoy el desafío es llegar con dos dosis para ganarle a la variante Delta y a otras que surjan. Porque con las dos dosis, la persona tiene menos riesgo de enfermarse gravemente frente la circulación de nuevas variantes”.
De acuerdo con la experta, hay dos parámetros de protección. Por un lado, las vacunas reducir el riesgo de contagiarse el coronavirus. Además, reducen el riesgo de sufrir casos graves y críticos y de morir. “En general, las vacunas contra el COVID-19 anduvieron mejor en el tiempo real (cuando cada país implementó un plan de vacunación) que cuando se evaluaron en los ensayos clínicos. Es decir, tienen una eficacia alta. Incluso, en algunos casos demostraron mayor eficacia. Los efectos adversos son leves o moderados. Con la reducción de muertes en las franjas etarias que ya se han vacunado, se verifica que las vacunas tienen muchos beneficios”, sostuvo Cavallaro.
Las personas ya vacunadas pueden igualmente adquirir la infección. No se sabe aún quién estaría en más riego. Por eso, Cavallaro insistió con que tanto las personas vacunadas como las que no se han inmunizado aún, deben adherir a las medidas como el uso adecuado del barbijo, el distanciamiento físico, evitar reuniones en espacios cerrados sin ventilación permanente, lavarse frecuentemente las manos, entre otras.
Cada persona es diferente. La respuesta inmunológica después de ser vacunado y la interacción con el virus puede ser diferente. Por lo cual, “no se conoce cuál de las personas ya vacunadas podría igualmente adquirir el virus”, expresó la doctora. “La vacunación es una estrategia poblacional. No es individual. Cada persona puede tener menor respuesta por diferentes razones, como la comorbilidad previa”, puntualizó.
Otro mensaje que dio a la población es que, después de las dos dosis, el máximo de respuesta inmune protectora se desarrolla a los 15 días posteriorese de haberse puesto la segunda dosis. “La población debería tener en cuenta que necesita las dos dosis y los 15 días posteriores, y no relajarse en los cuidados”, advirtió. La eficacia respecto a la mortalidad con dos dosis frente a la nueva variante Delta, ha quedado demostrada, con valores muy elevados de 99,95% en adultos mayores de 50 años.
Si se vacuna y se contagia el virus, ¿la persona vacunada puede a su vez contagiar? “Sí, pero depende de muchos factores. Por ejemplo, la persona se puede contagiar al día siguiente de la vacunación. Depende también de la interacción con las otras personas y de la cantidad de tiempo que se expuso al virus”, respondió la doctora.
También hay casos de personas vacunadas con dos dosis que desarrollan cuadros graves. “Son menos del 1% de los vacunados”, aclaró Cavallaro. “Por factores de comorbilidad, por la variante de preocupación o por la cantidad de virus en la que entró en contacto, una persona vacunada puede contagiarse y a su vez contagiar. La probabilidad es baja, pero existe. Por lo cual, hoy los vacunados deben seguir adhiriendo a los cuidados de prevención como el uso del barbijo”, precisó.
En cuanto a recibir una o dos dosis, la protección de las vacunas es diferente. Si se trata de formas leves, tras la primera dosis la protección oscila entre el 50-60% con AstraZeneca, hasta el 70-75% con Pfizer/BioNTech. Estos niveles se alcanzan durante al menos dos semanas después de la primera inyección.
Frente a la variante Alfa la vacuna ofrece un buen nivel de protección frente a enfermedades e infecciones graves, mientras que frente a la variante Delta la protección de las vacunas de Pfizer y Moderna desciende del 90-95% al 85-90%, lo que significa que el 10-15% de los que están completamente vacunados pueden infectarse. Para AstraZeneca, la protección baja de un nivel de 70-75%, cae a 65-70%. La efectividad de la vacuna Sputnik V contra la variante Delta del nuevo coronavirus es 2,6 veces menor que contra otras mutaciones según el subdirector del Instituto Gamaleya, Denis Logunov.
En orden ascendente en una escala del 1 al 100 se puede observar que, con la variante Delta, los que no están vacunados tienen protección cero, los que han tomado una dosis están protegidos en un 20-30%, los que se curan en un 60-70%, quien ha recibido dos dosis de la vacuna el 70-80% y quien ha tenido la enfermedad y luego la vacuna tiene probablemente un 90% de protección, la mejor respuesta inmune.
Con información de
Infobae