COVID-19: los cumpleaños infantiles en lugares cerrados están entre las actividades con mayor riesgo de contagio
Martes 22 de
Junio 2021
Ya se ha confirmado que más de 178 millones de personas en el mundo han adquirido la infección por el coronavirus.
Se han producido más de 3,8 millones de fallecimientos por la enfermedad COVID-19, según el registro de la Organización Mundial de la Salud. El virus se sigue propagando por todo el mundo, y la investigación científica sigue descubriendo cuáles son las actividades, y los lugares que contribuyen a que el coronavirus continúe afectando a más personas. Las reuniones en espacios cerrados para festejar cumpleaños, especialmente de los niños, serían uno de los momentos con mayor riesgo.
Un estudio publicado días atrás en la revista JAMA Internal Medicine de la Asociación Médica de los Estados Unidos reveló que los festejos por los cumpleaños infantiles en ambientes cerrados son encuentros que favorecen los contagios del coronavirus. Si bien se sabe que las reuniones sociales en lugares cerrados aumentan el riesgo de contagio del coronavirus, el estudio difundido es uno de los primeros que aporta datos sobre las celebraciones de cumpleaños.
Los autores del estudio fueron Christopher Whaley, Jonathan Cantor, Megan Pera, y Anupam Jena, quien forma parte del Departamento de Política de Atención sanitaria de la Escuela de Medicina de la Universidad Harvard de los Estados Unidos. Señalaron que muchas políticas diseñadas para detener la propagación del coronavirus se dirigen a las reuniones formales, como los lugares de trabajo y los comedores.
Sin embargo, “las reuniones sociales informales son un modo potencialmente importante de transmisión del SRAS-CoV-2, pero el estudio de su papel en la transmisión se ve dificultado por las limitaciones de datos y metodológicas”. Los investigadores consideraron que los festejos de cumpleaños ofrecían una oportunidad para cuantificar empíricamente el papel potencial de las pequeñas reuniones sociales en la propagación del coronavirus.
Diseñaron un estudio transversal que utilizó datos a nivel nacional desde el 1 de enero hasta el 8 de noviembre de 2020, de 2,9 millones de hogares en los Estados Unidos con seguro privado para comparar las infecciones por COVID-19 entre los hogares con y sin un cumpleaños en las dos semanas anteriores. Hicieron una estratificación según la prevalencia de COVID-19 a nivel de condado en esa semana y ajustando por el tamaño del hogar y las diferencias específicas de la semana y del condado.
El estudio también comparó cómo las tasas de infección asociadas a los cumpleaños diferían en función del tipo de cumpleaños (por ejemplo, cumpleaños de niños o de adultos, o de un hito como el festejo por los 50 años de una persona), de las lluvias a nivel de condado el sábado de cada semana (lo que podría hacer que las reuniones se celebraran en el interior), de las tendencias políticas del condado y de las políticas estatales de refugio en el lugar.
Como resultado, los investigadores encontraron que entre los 2,9 millones de hogares del estudio, en el decil superior de los condados en cuanto a prevalencia de COVID-19, los hogares con un cumpleaños en las 2 semanas anteriores tenían 8,6 diagnósticos más por cada 10.000 personas en comparación con los hogares que no hicieron cumpleaños en las 2 semanas anteriores. Eso significa un aumento relativo del 31% por encima de la prevalencia a nivel de condado de 27,8 casos por 10.000 personas, frente a 0,9 diagnósticos más por 10.000 personas en el quinto decil.
Los hogares en el décimo decil de prevalencia de COVID-19 tuvieron un aumento de diagnósticos de COVID-19 de 15,8 por 10 000 personas después de un cumpleaños infantil, en comparación con un aumento de 5,8 por 10 000 personas entre los hogares con un cumpleaños adulto. No se encontraron diferencias por hitos de cumpleaños, inclinación política del condado, lluvias o políticas de refugio en el lugar.
“Este estudio transversal sugiere que los cumpleaños, que probablemente se corresponden con reuniones sociales y celebraciones, se asociaron con mayores tasas de infección por COVID-19 diagnosticada dentro de los hogares en condados con alta prevalencia de COVID-19″, señalan los autores. Esos momentos favorecen los contagios porque el coronavirus se puede transmitir no solo cuando una persona infectada tose o estornuda muy cerca de otra sino también al hablar, al gritar o al cantar a más de 2 metros.
Desde el año pasado, se recomienda evitar las reuniones sociales dentro de ambientes cerrados en el contexto de la pandemia. El año pasado, un grupo de 239 científicos le señaló a la OMS que debía considerar que el coronavirus también se transmite por el aire.
“Una de las razones es que una persona puede infectarse con el coronavirus y no dar síntomas. Pero al exhalar o al hablar emite aerosoles que contienen el coronavirus. El problema es que los demás ven a esa persona como alguien sano y si comparten un espacio como oficina, escuela, o transporte, pueden contagiarse la infección. Aún cuesta reconocer que el coronavirus también está en el aire”, le dijo a Infobae en una entrevista José Luis Jiménez, quien tiene un doctorado en ingeniería mecánica del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) e investiga en la Universidad de Colorado en Boulder, Estados Unidos.
Cuando las personas están al aire libre, hay menos contagios. Porque el aire se renueva naturalmente. Aunque incluso al aire libre, hay que estar a dos metros de distancia y con barbijo. Por eso, cuando las personas están en ambientes cerrados deben contar con una ventilación permanente. “Se sabe muy bien desde hace tiempo que la ventilación funciona para la prevención de diferentes enfermedades como tuberculosis desde 1940”, sostuvo Giménez.
En muchas situaciones en que se hacen los festejos de cumpleaños, las personas participan sin saber que están infectadas. Son asintomáticas, pero pueden transmitir el virus. También se han registrado casos en que hubo personas que conocían su diagnóstico pero igual concurrieron al festejo. Como ocurrió en abril pasado en la comuna de La Rubia, un pueblo ubicado en el centro-oeste de Santa Fe de apenas 400 habitantes que se vio conmovido en los últimos días por un suceso que indignó a la población. Una familia se enteró de que dos de sus integrantes se habían contagiado de coronavirus y aún así decidieron realizar una fiesta de cumpleaños de una de las hijas.
Un estudio publicado días atrás en la revista JAMA Internal Medicine de la Asociación Médica de los Estados Unidos reveló que los festejos por los cumpleaños infantiles en ambientes cerrados son encuentros que favorecen los contagios del coronavirus. Si bien se sabe que las reuniones sociales en lugares cerrados aumentan el riesgo de contagio del coronavirus, el estudio difundido es uno de los primeros que aporta datos sobre las celebraciones de cumpleaños.
Los autores del estudio fueron Christopher Whaley, Jonathan Cantor, Megan Pera, y Anupam Jena, quien forma parte del Departamento de Política de Atención sanitaria de la Escuela de Medicina de la Universidad Harvard de los Estados Unidos. Señalaron que muchas políticas diseñadas para detener la propagación del coronavirus se dirigen a las reuniones formales, como los lugares de trabajo y los comedores.
Sin embargo, “las reuniones sociales informales son un modo potencialmente importante de transmisión del SRAS-CoV-2, pero el estudio de su papel en la transmisión se ve dificultado por las limitaciones de datos y metodológicas”. Los investigadores consideraron que los festejos de cumpleaños ofrecían una oportunidad para cuantificar empíricamente el papel potencial de las pequeñas reuniones sociales en la propagación del coronavirus.
Diseñaron un estudio transversal que utilizó datos a nivel nacional desde el 1 de enero hasta el 8 de noviembre de 2020, de 2,9 millones de hogares en los Estados Unidos con seguro privado para comparar las infecciones por COVID-19 entre los hogares con y sin un cumpleaños en las dos semanas anteriores. Hicieron una estratificación según la prevalencia de COVID-19 a nivel de condado en esa semana y ajustando por el tamaño del hogar y las diferencias específicas de la semana y del condado.
El estudio también comparó cómo las tasas de infección asociadas a los cumpleaños diferían en función del tipo de cumpleaños (por ejemplo, cumpleaños de niños o de adultos, o de un hito como el festejo por los 50 años de una persona), de las lluvias a nivel de condado el sábado de cada semana (lo que podría hacer que las reuniones se celebraran en el interior), de las tendencias políticas del condado y de las políticas estatales de refugio en el lugar.
Como resultado, los investigadores encontraron que entre los 2,9 millones de hogares del estudio, en el decil superior de los condados en cuanto a prevalencia de COVID-19, los hogares con un cumpleaños en las 2 semanas anteriores tenían 8,6 diagnósticos más por cada 10.000 personas en comparación con los hogares que no hicieron cumpleaños en las 2 semanas anteriores. Eso significa un aumento relativo del 31% por encima de la prevalencia a nivel de condado de 27,8 casos por 10.000 personas, frente a 0,9 diagnósticos más por 10.000 personas en el quinto decil.
Los hogares en el décimo decil de prevalencia de COVID-19 tuvieron un aumento de diagnósticos de COVID-19 de 15,8 por 10 000 personas después de un cumpleaños infantil, en comparación con un aumento de 5,8 por 10 000 personas entre los hogares con un cumpleaños adulto. No se encontraron diferencias por hitos de cumpleaños, inclinación política del condado, lluvias o políticas de refugio en el lugar.
“Este estudio transversal sugiere que los cumpleaños, que probablemente se corresponden con reuniones sociales y celebraciones, se asociaron con mayores tasas de infección por COVID-19 diagnosticada dentro de los hogares en condados con alta prevalencia de COVID-19″, señalan los autores. Esos momentos favorecen los contagios porque el coronavirus se puede transmitir no solo cuando una persona infectada tose o estornuda muy cerca de otra sino también al hablar, al gritar o al cantar a más de 2 metros.
Desde el año pasado, se recomienda evitar las reuniones sociales dentro de ambientes cerrados en el contexto de la pandemia. El año pasado, un grupo de 239 científicos le señaló a la OMS que debía considerar que el coronavirus también se transmite por el aire.
“Una de las razones es que una persona puede infectarse con el coronavirus y no dar síntomas. Pero al exhalar o al hablar emite aerosoles que contienen el coronavirus. El problema es que los demás ven a esa persona como alguien sano y si comparten un espacio como oficina, escuela, o transporte, pueden contagiarse la infección. Aún cuesta reconocer que el coronavirus también está en el aire”, le dijo a Infobae en una entrevista José Luis Jiménez, quien tiene un doctorado en ingeniería mecánica del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) e investiga en la Universidad de Colorado en Boulder, Estados Unidos.
Cuando las personas están al aire libre, hay menos contagios. Porque el aire se renueva naturalmente. Aunque incluso al aire libre, hay que estar a dos metros de distancia y con barbijo. Por eso, cuando las personas están en ambientes cerrados deben contar con una ventilación permanente. “Se sabe muy bien desde hace tiempo que la ventilación funciona para la prevención de diferentes enfermedades como tuberculosis desde 1940”, sostuvo Giménez.
En muchas situaciones en que se hacen los festejos de cumpleaños, las personas participan sin saber que están infectadas. Son asintomáticas, pero pueden transmitir el virus. También se han registrado casos en que hubo personas que conocían su diagnóstico pero igual concurrieron al festejo. Como ocurrió en abril pasado en la comuna de La Rubia, un pueblo ubicado en el centro-oeste de Santa Fe de apenas 400 habitantes que se vio conmovido en los últimos días por un suceso que indignó a la población. Una familia se enteró de que dos de sus integrantes se habían contagiado de coronavirus y aún así decidieron realizar una fiesta de cumpleaños de una de las hijas.
Con información de
Infobae