SANTA FE
"En vez de hacer una "clande", cuidarse hoy es evitar que el virus haga su propia fiesta"
Por:
Luciano Andreychuk
Lunes 14 de
Junio 2021
La provincia de Santa Fe se encuentra en una situación epidemiológica compleja. Los tres indicadores que muestran la foto sanitaria están en rojo (ver Cuadro de situación), y el impacto en el sistema de salud de los últimos "eventos súpercontagiadores" vistos en la capital provincial por los festejos de hinchas de Colón se verá dentro de 14 días.
Entonces, ¿qué horizonte queda por vislumbrar en este momento bisagra de la pandemia en toda la bota santafesina?
Bueno pues: la gran luz de esperanza es el aumento en el ritmo de vacunación contra el Covid-19. Están entrando dosis a Santa Fe, y ya se liberaron turnos de inoculación para la población joven (menor de 60 años) sin comorbilidades. La vacuna, como se sabe, genera un efecto protector de anticuerpos, una "coraza" de resistencia a un coronavirus que se ha vuelto más agresivo; y aunque no evita la infección, sí amplía las chances de no desarrollar un cuadro severo y requerir una internación en terapia.
La viróloga Adriana Giri (ver Quién es) se muestra prudentemente optimista: dice que la provincia está en una meseta alta de casos, pero que en dos semanas podría verse una baja. "Lo que ayudaría mucho ahora es acelerar el ritmo de vacunación. Necesitamos bajar la circulación del virus y vacunar, al mismo tiempo. No se puede cerrar todo, hay gente que necesita trabajar y reclama por eso, es absolutamente entendible; no obstante, habría que mantener las medidas restrictivas lo más que se pueda. Es un momento de prueba social", dice la experta en diálogo con El Litoral.
Para Giri, hoy la sociedad santafesina está en una instancia en la cual "no se debe bajar la guardia". ¿Por qué? "Porque no falta tanto. El hecho de que las vacunas disminuyan las severidades de la enfermedad es muy importante; pero la gente vacunada tiene que tener muy en cuenta que estar inoculado no evita la infección ni la reinfección, aún con dos dosis aplicadas. Esto pasa en todo el mundo".
Aguantar y a cuidarse
"Es importante pedirle a la gente que aguante un poco más -insiste la viróloga rosarina-. Primero, porque no queda otra; pero además, no falta tanto para aumentar el porcentaje de vacunados. Ya se están completando esquemas completos de dos dosis y se empieza a bajar la edad de inoculación. La gente debe tener una esperanza", añade.
Pero esa esperanza debe ser a conciencia: si bien la vacunación avanza, de poco servirá si no se extreman los cuidados: "Observemos lo cotidiano: salís a la calle y ves gente con el barbijo mal puesto; se arman conglomerados humanos que son situaciones evitables, hay conductas inentendibles. Además, estamos en invierno: hay bares con las ventanas cerradas y la gente adentro sin el barbijo puesto, al menos aquí en Rosario. Es un caldo de cultivo para la proliferación de contagios", dice la especialista.
Y aquí da una metáfora más que oportuna: "En vez de hacer fiestas clandestinas, hay que cortarle la fiesta al virus, cuidándose. Esto es evitar la socialización: el SARS-CoV-2 circula porque la gente circula y se reúne. La sociedad tiene que entender, a estas alturas del partido, que cualquier reunión social o aglomeración humana es una 'fiesta' para el virus. Porque nos contagiamos través del aire: los aerosoles que expelemos al hablar, respirar, etcétera, son la principal vía de contagio, y no hay magia en esto. Hay que evitar estas situaciones de socialización".
"Hoy es un momento bisagra. Deben maximizarse los cuidados y esperar con paciencia el turno de la vacuna. Y cuando una persona es inoculada con la vacuna contra el Covid-19, tiene que seguir cuidándose, usando el barbijo, respetando los distanciamientos sociales, ventilando los ambientes", concluye Giri.
Bueno pues: la gran luz de esperanza es el aumento en el ritmo de vacunación contra el Covid-19. Están entrando dosis a Santa Fe, y ya se liberaron turnos de inoculación para la población joven (menor de 60 años) sin comorbilidades. La vacuna, como se sabe, genera un efecto protector de anticuerpos, una "coraza" de resistencia a un coronavirus que se ha vuelto más agresivo; y aunque no evita la infección, sí amplía las chances de no desarrollar un cuadro severo y requerir una internación en terapia.
La viróloga Adriana Giri (ver Quién es) se muestra prudentemente optimista: dice que la provincia está en una meseta alta de casos, pero que en dos semanas podría verse una baja. "Lo que ayudaría mucho ahora es acelerar el ritmo de vacunación. Necesitamos bajar la circulación del virus y vacunar, al mismo tiempo. No se puede cerrar todo, hay gente que necesita trabajar y reclama por eso, es absolutamente entendible; no obstante, habría que mantener las medidas restrictivas lo más que se pueda. Es un momento de prueba social", dice la experta en diálogo con El Litoral.
Para Giri, hoy la sociedad santafesina está en una instancia en la cual "no se debe bajar la guardia". ¿Por qué? "Porque no falta tanto. El hecho de que las vacunas disminuyan las severidades de la enfermedad es muy importante; pero la gente vacunada tiene que tener muy en cuenta que estar inoculado no evita la infección ni la reinfección, aún con dos dosis aplicadas. Esto pasa en todo el mundo".
Aguantar y a cuidarse
"Es importante pedirle a la gente que aguante un poco más -insiste la viróloga rosarina-. Primero, porque no queda otra; pero además, no falta tanto para aumentar el porcentaje de vacunados. Ya se están completando esquemas completos de dos dosis y se empieza a bajar la edad de inoculación. La gente debe tener una esperanza", añade.
Pero esa esperanza debe ser a conciencia: si bien la vacunación avanza, de poco servirá si no se extreman los cuidados: "Observemos lo cotidiano: salís a la calle y ves gente con el barbijo mal puesto; se arman conglomerados humanos que son situaciones evitables, hay conductas inentendibles. Además, estamos en invierno: hay bares con las ventanas cerradas y la gente adentro sin el barbijo puesto, al menos aquí en Rosario. Es un caldo de cultivo para la proliferación de contagios", dice la especialista.
Y aquí da una metáfora más que oportuna: "En vez de hacer fiestas clandestinas, hay que cortarle la fiesta al virus, cuidándose. Esto es evitar la socialización: el SARS-CoV-2 circula porque la gente circula y se reúne. La sociedad tiene que entender, a estas alturas del partido, que cualquier reunión social o aglomeración humana es una 'fiesta' para el virus. Porque nos contagiamos través del aire: los aerosoles que expelemos al hablar, respirar, etcétera, son la principal vía de contagio, y no hay magia en esto. Hay que evitar estas situaciones de socialización".
"Hoy es un momento bisagra. Deben maximizarse los cuidados y esperar con paciencia el turno de la vacuna. Y cuando una persona es inoculada con la vacuna contra el Covid-19, tiene que seguir cuidándose, usando el barbijo, respetando los distanciamientos sociales, ventilando los ambientes", concluye Giri.
Con información de
El Litoral