Coronavirus en Santa Fe: investigadores de la ciudad desarrollan estudios para hallar personas que nunca presentaron síntomas
Miércoles 16 de
Septiembre 2020
Un grupo de investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) estudian cómo fortalecer el monitoreo epidemiológico en la ciudad de Santa Fe de personas asintomáticas.
Un grupo de investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) trabaja en la detección de anticuerpos contra la covid-19, a través de una extracción de sangre en personas que pudieron haber cursado de forma asintomática la enfermedad. Se trata de profesionales de la Facultad de Ciencias Médicas, que lleva adelante la investigación sobre "Fortalecimiento del monitoreo epidemiológico local de covid-19 en personas asintomáticas para mejorar la red sanitaria de su abordaje".
"Es una prueba serológica que permite detectar la presencia de anticuerpos de tipo IgG en la sangre de personas asintomáticas, con una elevada sensibilidad y especificidad. La presencia de este anticuerpo, quiere decir, que la persona ya ha padecido la enfermedad", explicó Luz María Rodeles, especialista en medicina interna.
La médica añadió que utilizan el test Covid-AR, "desarrollado y brindado a nuestro grupo por la Fundación Instituto Leloir (FIL) y Laboratorio Lemos". En el muestreo se incluyen a mayores de 18 años, que consultan a los servicios de salud por otros motivos y se los invita a participar voluntariamente en el estudio. Con respecto al procedimiento y la obtención de resultados, Rodeles explicó que "se realiza una extracción de aproximadamente 5 ml de sangre venosa" y que "el resultado está disponible a los tres días y se envía de forma confidencial a los voluntarios". "Hasta el momento, en una muestra de 400 personas, se observa que un bajo porcentaje evidencia tener resultados positivos", explicó.
A su vez, el responsable del proyecto, Miguel Vicco, aclaró que, al momento de notificar los resultados en casos positivos se invita a los convivientes o a sus contactos estrechos para armar el árbol epidemiológico de distribución de la enfermedad. "Por otra parte, este tipo de estudio nos permite también evaluar los condicionantes de aquellas personas que han cursado la infección sin traducción clínica", completó. El estudio pretende llegar a los 3.000 voluntarios y el equipo está conformado por 10 personas, entre investigadores y otros profesionales de la salud de los centros asistenciales.
En qué consiste la prueba Elisa
La pandemia nos ha habituado a leer y escuchar el nombre de varias pruebas de detección para contagios de la covid-19. Por ejemplo, los PCR y test rápidos. Además de estos test, las basadas en las pruebas Elisa, nombre que hace referencia a las siglas en inglés de ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas.
“Es una prueba serológica que permite detectar la presencia de anticuerpos de tipo IgG en la sangre de personas asintomáticas, con una elevada sensibilidad y especificidad. La presencia de este anticuerpo, quiere decir, que la persona ya ha padecido la enfermedad. Para su determinación, utilizamos el test COVID-AR desarrollado y brindado a nuestro grupo por la Fundación Instituto Leloir (FIL) y Laboratorio Lemos, a través de la colaboración de la Dra. Andrea Gamarnik y el Dr. Marcelo Yanovsky”, explicó Rodeles.
En el muestreo se incluyen a mayores de 18 años, que consultan a los servicios de salud por otros motivos y se los invita a participar voluntariamente en el estudio. Con respecto al procedimiento y la obtención de resultados, la coordinadora explicó: “Se realiza una extracción de aproximadamente 5 ml de sangre venosa. El resultado está disponible a los tres días y se envía de forma confidencial a los voluntarios. Hasta el momento, en una muestra de 400 personas, se observa que un bajo porcentaje evidencia tener resultados positivos”.
El director Vicco aclaró que, al momento de notificar los resultados -en aquellas situaciones que fueran positivas- se invita a los convivientes del caso o a sus contactos estrechos para armar el árbol epidemiológico de distribución de la enfermedad. “Por otra parte, este tipo de estudio nos permite también evaluar los condicionantes de aquellas personas que han cursado la infección sin traducción clínica”, expresó.
El estudio pretende llegar a los 3.000 voluntarios y el equipo está conformado por 10 personas, entre ellos investigadores de la FCM y FBCB, así como también, por otros profesionales de la salud de los centros asistenciales.
“Se está llevando a cabo en diversos puntos de la Ciudad de Santa Fe, en colaboración con el Cemafe y el Grupo del Sanatorio Diagnóstico”, precisó la investigadora y continuó: “Si bien desde el CEMAFE y distintas dependencias del Sanatorio Diagnóstico se tiene una referencia de personas que vienen de diferentes puntos de la ciudad -centro y norte-, estamos viendo las posibilidades de sumar otros centros asistenciales para cubrir también lo que es el noroeste”.
Base importante para futuras investigaciones
“En lo que respecta al financiamiento, el proyecto empezó hace relativamente poco. Sin embargo, desde hace dos meses estamos trabajando en la gestión de los reactivos y las primeras determinaciones”, recordó Rodeles.
Anteriormente el equipo que coordina Rodeles, ha venido trabajando en inmunología en la enfermedad de Chagas. Como consecuencia de la pandemia, el grupo presenta una propuesta para transferir técnicas y conocimientos, adquiridos en diagnóstico de la enfermedad, al fortalecimiento de capacidad diagnóstica para COVID-19.
“Poder brindar información es uno de los objetivos para contribuir a la claridad de la situación epidemiológica. Además, permitirá detectar aquellos casos positivos, así como realizar el seguimiento de sus contactos, identificando también potenciales donantes de plasma para los proyectos que se están llevando adelante en nación y la provincia que apuntan a ofrecer este tratamiento a las personas que cursan formas graves de la infección. Por otro lado, nos parece importante destacar que es un trabajo colaborativo, de vinculación, entre instituciones tanto públicas como privadas, del ámbito científico-académico y asistencial”, detalló la coordinadora.
Este estudio clínico epidemiológico, ha sido seleccionado dentro de las 20 propuestas que se gestionaron desde el CETRI Litoral de la Secretaría de Vinculación y Transferencia Tecnológica y se presentaron en la Convocatoria del Programa de Articulación y Fortalecimiento Federal de las Capacidades en Ciencia y Tecnología COVID-19. La misma pertenece al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación en conjunto con el Consejo Federal de Ciencia y Tecnología.
"Es una prueba serológica que permite detectar la presencia de anticuerpos de tipo IgG en la sangre de personas asintomáticas, con una elevada sensibilidad y especificidad. La presencia de este anticuerpo, quiere decir, que la persona ya ha padecido la enfermedad", explicó Luz María Rodeles, especialista en medicina interna.
La médica añadió que utilizan el test Covid-AR, "desarrollado y brindado a nuestro grupo por la Fundación Instituto Leloir (FIL) y Laboratorio Lemos". En el muestreo se incluyen a mayores de 18 años, que consultan a los servicios de salud por otros motivos y se los invita a participar voluntariamente en el estudio. Con respecto al procedimiento y la obtención de resultados, Rodeles explicó que "se realiza una extracción de aproximadamente 5 ml de sangre venosa" y que "el resultado está disponible a los tres días y se envía de forma confidencial a los voluntarios". "Hasta el momento, en una muestra de 400 personas, se observa que un bajo porcentaje evidencia tener resultados positivos", explicó.
A su vez, el responsable del proyecto, Miguel Vicco, aclaró que, al momento de notificar los resultados en casos positivos se invita a los convivientes o a sus contactos estrechos para armar el árbol epidemiológico de distribución de la enfermedad. "Por otra parte, este tipo de estudio nos permite también evaluar los condicionantes de aquellas personas que han cursado la infección sin traducción clínica", completó. El estudio pretende llegar a los 3.000 voluntarios y el equipo está conformado por 10 personas, entre investigadores y otros profesionales de la salud de los centros asistenciales.
En qué consiste la prueba Elisa
La pandemia nos ha habituado a leer y escuchar el nombre de varias pruebas de detección para contagios de la covid-19. Por ejemplo, los PCR y test rápidos. Además de estos test, las basadas en las pruebas Elisa, nombre que hace referencia a las siglas en inglés de ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas.
“Es una prueba serológica que permite detectar la presencia de anticuerpos de tipo IgG en la sangre de personas asintomáticas, con una elevada sensibilidad y especificidad. La presencia de este anticuerpo, quiere decir, que la persona ya ha padecido la enfermedad. Para su determinación, utilizamos el test COVID-AR desarrollado y brindado a nuestro grupo por la Fundación Instituto Leloir (FIL) y Laboratorio Lemos, a través de la colaboración de la Dra. Andrea Gamarnik y el Dr. Marcelo Yanovsky”, explicó Rodeles.
En el muestreo se incluyen a mayores de 18 años, que consultan a los servicios de salud por otros motivos y se los invita a participar voluntariamente en el estudio. Con respecto al procedimiento y la obtención de resultados, la coordinadora explicó: “Se realiza una extracción de aproximadamente 5 ml de sangre venosa. El resultado está disponible a los tres días y se envía de forma confidencial a los voluntarios. Hasta el momento, en una muestra de 400 personas, se observa que un bajo porcentaje evidencia tener resultados positivos”.
El director Vicco aclaró que, al momento de notificar los resultados -en aquellas situaciones que fueran positivas- se invita a los convivientes del caso o a sus contactos estrechos para armar el árbol epidemiológico de distribución de la enfermedad. “Por otra parte, este tipo de estudio nos permite también evaluar los condicionantes de aquellas personas que han cursado la infección sin traducción clínica”, expresó.
El estudio pretende llegar a los 3.000 voluntarios y el equipo está conformado por 10 personas, entre ellos investigadores de la FCM y FBCB, así como también, por otros profesionales de la salud de los centros asistenciales.
“Se está llevando a cabo en diversos puntos de la Ciudad de Santa Fe, en colaboración con el Cemafe y el Grupo del Sanatorio Diagnóstico”, precisó la investigadora y continuó: “Si bien desde el CEMAFE y distintas dependencias del Sanatorio Diagnóstico se tiene una referencia de personas que vienen de diferentes puntos de la ciudad -centro y norte-, estamos viendo las posibilidades de sumar otros centros asistenciales para cubrir también lo que es el noroeste”.
Base importante para futuras investigaciones
“En lo que respecta al financiamiento, el proyecto empezó hace relativamente poco. Sin embargo, desde hace dos meses estamos trabajando en la gestión de los reactivos y las primeras determinaciones”, recordó Rodeles.
Anteriormente el equipo que coordina Rodeles, ha venido trabajando en inmunología en la enfermedad de Chagas. Como consecuencia de la pandemia, el grupo presenta una propuesta para transferir técnicas y conocimientos, adquiridos en diagnóstico de la enfermedad, al fortalecimiento de capacidad diagnóstica para COVID-19.
“Poder brindar información es uno de los objetivos para contribuir a la claridad de la situación epidemiológica. Además, permitirá detectar aquellos casos positivos, así como realizar el seguimiento de sus contactos, identificando también potenciales donantes de plasma para los proyectos que se están llevando adelante en nación y la provincia que apuntan a ofrecer este tratamiento a las personas que cursan formas graves de la infección. Por otro lado, nos parece importante destacar que es un trabajo colaborativo, de vinculación, entre instituciones tanto públicas como privadas, del ámbito científico-académico y asistencial”, detalló la coordinadora.
Este estudio clínico epidemiológico, ha sido seleccionado dentro de las 20 propuestas que se gestionaron desde el CETRI Litoral de la Secretaría de Vinculación y Transferencia Tecnológica y se presentaron en la Convocatoria del Programa de Articulación y Fortalecimiento Federal de las Capacidades en Ciencia y Tecnología COVID-19. La misma pertenece al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación en conjunto con el Consejo Federal de Ciencia y Tecnología.
Con información de
Aire de Santa Fe