Picapiedras
Lunes 14 de
Septiembre 2020
Por:
LA LECHUZA OLY
Santa Fe atraviesa la emergencia global con las vicisitudes propias de la medianía dirigencial agravado por la falta de sensatez individual y desconcierto de funcionarios determinados (lo que vienen a profundizar el vilo).
En Rosario, el Intendente del “discurso” y el marketing sufre un desborde de casos con proyección difícil de análisis a futuro.
Santa Fe, cuenta con un Intendente que “sigue presentando noticias” y que ensaya en el ejercicio del cargo convertirse en dirigente político de la “ciudad”. Se lo observa con un halo de susto y como presto a huir de situaciones difíciles (lo hizo cuando se encontraba con el Gobernador y se acercó una vecina a dialogar). Tampoco tiene funcionarios con prepotencia de trabajo en el gabinete. Sus funcionarios siguen la proposición del “jefe”, esquivan la impronta pública con un devenir silencioso palaciego. Se disponen a ser actores escondidos en el escenario.
[Leer también: Jatón con pretexto de "pandemia" sigue presentado noticias]
Al Gobierno de la provincia le falta en áreas sensibles impronta peronista y carece de dirigentes que “pongan la cara y el cuerpo por la gestión”. La relación con los empleados públicos, entre los que se encuentran los que sostienen el sistema sanitario, está prácticamente quebrada y será de difícil recuperación.
Tal vez, la pandemia cayó en tiempos que no están los mejores dirigentes ocupando los sillones en lo que se apresta la gente que “decide”.
Las/os trabajadoras/es de la salud están al límite de sus posibilidades humanas y la pandemia –se escucha- recién empieza en nuestra región.
Las medidas de las administraciones carecen de “eficacia” lo que implica que se principia la desobediencia a parámetros de análisis para la futura paz social.
El tejido social está cada vez más roto. Y la pobreza se dispara a niveles alarmantes.
La (in)seguridad en la provincia de Santa Fe es calamitosa. Marcelo Sain, devenido en superministro, se presenta con un estilo para otro momento. El torbellino que generan sus declaraciones, su relación con sectores de la fuerza y la realidad delictiva que se impone diariamente hacen que sea el principal responsable de que la gestión no pueda cumplir con la promesa de campaña que hizo posiblemente que el actual Gobernador ocupara el sillón del “Brigadier”.
En el medio hay elementos de la política que piensan en las elecciones, proyectan candidatos y se escriben editoriales al respecto.
Por momentos estremecen el ánimo aquellos sectores que no comprenden la gravedad del actual tránsito y procuran caminar la arena política sin considerar el pandemónium mundial que implica el coronavirus.
Variopintos representantes de la política vernácula que de a poco parecen virar a inoportuno estilo "Picapiedras".
Santa Fe, cuenta con un Intendente que “sigue presentando noticias” y que ensaya en el ejercicio del cargo convertirse en dirigente político de la “ciudad”. Se lo observa con un halo de susto y como presto a huir de situaciones difíciles (lo hizo cuando se encontraba con el Gobernador y se acercó una vecina a dialogar). Tampoco tiene funcionarios con prepotencia de trabajo en el gabinete. Sus funcionarios siguen la proposición del “jefe”, esquivan la impronta pública con un devenir silencioso palaciego. Se disponen a ser actores escondidos en el escenario.
[Leer también: Jatón con pretexto de "pandemia" sigue presentado noticias]
Al Gobierno de la provincia le falta en áreas sensibles impronta peronista y carece de dirigentes que “pongan la cara y el cuerpo por la gestión”. La relación con los empleados públicos, entre los que se encuentran los que sostienen el sistema sanitario, está prácticamente quebrada y será de difícil recuperación.
Tal vez, la pandemia cayó en tiempos que no están los mejores dirigentes ocupando los sillones en lo que se apresta la gente que “decide”.
Las/os trabajadoras/es de la salud están al límite de sus posibilidades humanas y la pandemia –se escucha- recién empieza en nuestra región.
Las medidas de las administraciones carecen de “eficacia” lo que implica que se principia la desobediencia a parámetros de análisis para la futura paz social.
El tejido social está cada vez más roto. Y la pobreza se dispara a niveles alarmantes.
La (in)seguridad en la provincia de Santa Fe es calamitosa. Marcelo Sain, devenido en superministro, se presenta con un estilo para otro momento. El torbellino que generan sus declaraciones, su relación con sectores de la fuerza y la realidad delictiva que se impone diariamente hacen que sea el principal responsable de que la gestión no pueda cumplir con la promesa de campaña que hizo posiblemente que el actual Gobernador ocupara el sillón del “Brigadier”.
En el medio hay elementos de la política que piensan en las elecciones, proyectan candidatos y se escriben editoriales al respecto.
Por momentos estremecen el ánimo aquellos sectores que no comprenden la gravedad del actual tránsito y procuran caminar la arena política sin considerar el pandemónium mundial que implica el coronavirus.
Variopintos representantes de la política vernácula que de a poco parecen virar a inoportuno estilo "Picapiedras".