VUELTA A CLASES
Los funcionarios no advierten que generan preocupación a familias, docentes y alumnos
Viernes 03 de
Julio 2020
Por:
Maxi Romero
Asistimos a un problema global y tenemos la ventaja de tener el diario del lunes. Vemos lo que pasa en los países del norte antes que ocurran acá los espantos de la pandemia. Funcionarios parecen esquivarle a la prudencia comunicacional.
La vuelta al aula peregrina en este estadio entre la entusiasta presentación del “protocolo” del Consejo Federal de Educación y la “realidad” dramática de las escuelas.
Los funcionarios pasaron del primordial cuidado de la salud a la vehemente pretensión de vuelta a clases. Extraña escala. En el pico -o aún no- de la pandemia.
Dividir territorialmente un problema sanitario, o para decirlo de otra manera, ponerle límites geográficos a la pandemia parece colosal tarea. Nueva Zelanda, en su apogeo, tuvo un repentino rebrote.
Inquieta la falta de tacto de funcionarios vinculados a educación para llevar tranquilad a la comunidad educativa.
Van por la hazaña de incentivar el “regreso seguro” al aula cuando la curva busca su mayor altura y los medios nacionales muestran permanentemente alarmados los datos que aterran.
Por estas horas la única entidad sindical que mostró abiertamente su preocupación a nivel nacional fue la UNIÓN DOCENTES ARGENTINOS, que como corresponde a una entidad sindical, hace sindicalismo, no seguidismo, y defiende a sus trabajadores y trabajadoras.
El sindicato advirtió que “va a haber serias dificultades” en el intento de volver a clases en agosto. Comparten esta postura los demás sindicatos docentes de la CGT: AMET y CEA.
Asimismo, entiende el sindicato fundado por Juan Domingo Perón que “los protocolos deberán prestarles más atención a las y los docentes”. Una importante cantidad de trabajadores y trabajadoras soportan afecciones que podrían complicar seriamente la salud si enferman por coronavirus. Es por eso que por estas horas reclama que estos docentes queden exceptuados de la vuelta al aula.
¿Quién será responsable de los contagios en las escuelas?. Podrían quedar expuestos a responsabilidad los directivos. Más allá de la natural responsabilidad del Estado y sus burócratas.
La sucesión de declaraciones oficiales espasmódicas desde que comenzó la cuarentena pareció confundir y traer más ansiedad y angustias a las familias, que en muchos casos mandan a sus hijos a escuelas con un solo baño compartido.
Los políticos que explican que “se va a correr el horario de ingreso” al trabajo, tal vez, no han puesto el cuidado en las y los profesores que, por ejemplo, laboran en más de una escuela.
Niñas y niños de 6 o 7 años deberán aprender, según los “protocolos”, a sostener en sus caritas un tapaboca y aprender lo que es el distanciamiento social, sin permitírseles aproximarse a sus compañeritas y compañeritos durante su permanencia en el edifico escolar.
Contradictoriamente, algunos responsables del área educativa, que ven que la Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que la pandemia se expande, aprietan el acelerador por la vuelta al aula.
Mientras tanto, “hay provincias que pagan el aguinaldo en cuotas, otras con cronogramas de pago extendidos, en otras ni siquiera se ha convocado a paritarias y las y los docentes perciben el salario del año pasado; a esto hay que sumarle que se cambiaron las condiciones de trabajo”, manifestaron dirigentes de UDA a la prensa.
Sin entrar en la discusión financiera de la provincia, Santa Fe, sigue sin optimizar salarios. Este mes paga fuera de tiempo. El marco general es contradictorio. Se exige el mayor esfuerzo al sector, con el covid-19 de telón de fondo, pero se les pisa los dedos de los pies ante el reclamo genuino.
Sin adentrarnos aún más en tema, podemos afirmar sin temor que la emergencia global desnudó la realidad de nuestro país y la dificultad de las y los funcionarios para cabalgar los tiempos y circunstancias.
Los funcionarios pasaron del primordial cuidado de la salud a la vehemente pretensión de vuelta a clases. Extraña escala. En el pico -o aún no- de la pandemia.
Dividir territorialmente un problema sanitario, o para decirlo de otra manera, ponerle límites geográficos a la pandemia parece colosal tarea. Nueva Zelanda, en su apogeo, tuvo un repentino rebrote.
Inquieta la falta de tacto de funcionarios vinculados a educación para llevar tranquilad a la comunidad educativa.
Van por la hazaña de incentivar el “regreso seguro” al aula cuando la curva busca su mayor altura y los medios nacionales muestran permanentemente alarmados los datos que aterran.
Por estas horas la única entidad sindical que mostró abiertamente su preocupación a nivel nacional fue la UNIÓN DOCENTES ARGENTINOS, que como corresponde a una entidad sindical, hace sindicalismo, no seguidismo, y defiende a sus trabajadores y trabajadoras.
El sindicato advirtió que “va a haber serias dificultades” en el intento de volver a clases en agosto. Comparten esta postura los demás sindicatos docentes de la CGT: AMET y CEA.
Asimismo, entiende el sindicato fundado por Juan Domingo Perón que “los protocolos deberán prestarles más atención a las y los docentes”. Una importante cantidad de trabajadores y trabajadoras soportan afecciones que podrían complicar seriamente la salud si enferman por coronavirus. Es por eso que por estas horas reclama que estos docentes queden exceptuados de la vuelta al aula.
¿Quién será responsable de los contagios en las escuelas?. Podrían quedar expuestos a responsabilidad los directivos. Más allá de la natural responsabilidad del Estado y sus burócratas.
La sucesión de declaraciones oficiales espasmódicas desde que comenzó la cuarentena pareció confundir y traer más ansiedad y angustias a las familias, que en muchos casos mandan a sus hijos a escuelas con un solo baño compartido.
Los políticos que explican que “se va a correr el horario de ingreso” al trabajo, tal vez, no han puesto el cuidado en las y los profesores que, por ejemplo, laboran en más de una escuela.
Niñas y niños de 6 o 7 años deberán aprender, según los “protocolos”, a sostener en sus caritas un tapaboca y aprender lo que es el distanciamiento social, sin permitírseles aproximarse a sus compañeritas y compañeritos durante su permanencia en el edifico escolar.
Contradictoriamente, algunos responsables del área educativa, que ven que la Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que la pandemia se expande, aprietan el acelerador por la vuelta al aula.
Mientras tanto, “hay provincias que pagan el aguinaldo en cuotas, otras con cronogramas de pago extendidos, en otras ni siquiera se ha convocado a paritarias y las y los docentes perciben el salario del año pasado; a esto hay que sumarle que se cambiaron las condiciones de trabajo”, manifestaron dirigentes de UDA a la prensa.
Sin entrar en la discusión financiera de la provincia, Santa Fe, sigue sin optimizar salarios. Este mes paga fuera de tiempo. El marco general es contradictorio. Se exige el mayor esfuerzo al sector, con el covid-19 de telón de fondo, pero se les pisa los dedos de los pies ante el reclamo genuino.
Sin adentrarnos aún más en tema, podemos afirmar sin temor que la emergencia global desnudó la realidad de nuestro país y la dificultad de las y los funcionarios para cabalgar los tiempos y circunstancias.